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Seite 72: Des Moorkönigs Tochter (La hija del rey del pantano) |
deutscher Text | Texto español |
Spät
in der Nacht, als der Frieden des Schlafes
über dem von neuem glücklichen
Hause ruhte, wachte noch immer jemand, aber
es war nicht der Storchvater, obwohl er
droben auf einem Bein aufrecht im Neste
stand und Schildwache schlief, nein, Klein-Helga
wachte; sie neigte sich über den Altan
und blickte in die klare Luft empor zu den
großen, leuchtenden Sternen, deren
Glanz sich hier strahlender und reiner zeigte,
als sie es im Norden gesehen hatte, und
doch waren es dieselben Gestirne. Sie dachte
an die Wikingerfrau am Wildmoor, an der
Pflegemutter milde Augen, an die Tränen,
die sie über das arme Froschkind geweint
hatte, das nun in Glanz und Sternenpracht
an den Wassern des Nils in der herrlichen
Frühjahrsluft stand. Sie dachte an
die Liebe in der Brust des heidnischen Weibes,
an die Liebe, die sie einem elenden Geschöpf
erwiesen hatte, das in Menschengestalt ein
böses Tier und in Tiergestalt ekelerregend
anzusehen und zu berühren war. |
Ya entrada
la noche, cuando la paz del sueño reinaba
sobre la dichosa casa, había alguien
que velaba aún, pero no era la cigüeña
padre, a pesar de que permanecía de
pie sobre una pata en su nido y montaba la
guardia durmiendo. No; quien velaba era Helga,
que, desde la azotea, dirigía la mirada,
a través de la diáfana atmósfera,
a las grandes estrellas centelleantes, que
brillaban con luz más límpida
y más pura que en el Norte, a pesar
de ser las mismas. Pensaba en la mujer del vikingo, allá en el pantano salvaje, en los dulces ojos de su madre adoptiva, en las lágrimas que había derramado por la pobre niña-rana, que ahora estaba, rodeada de magnificencia y bajo el resplandor de las estrellas, a orillas del Nilo, respirando el delicioso y primaveral aire africano. Pensaba en el amor contenido en el pecho de aquella mujer pagana, aquel amor que había demostrado a la mísera criatura, que en su figura humana era como un animal salvaje, y en su forma de animal era repugnante y repulsiva. Contemplaba las rutilantes estrellas, y pensaba en el brillo que irradiaba de la frente del muerto cuando cabalgaban por encima de bosques y pantanos. En su memoria resonaron notas y palabras que había oído pronunciar mientras avanzaban juntos, y que la habían impresionado hondamente, palabras de la fuente primitiva del amor, del amor más sublime, que comprendía a todos los seres. |
Vokabular | |
wachen = velar | |
der Altan = la azotea | |
die Gestirne = el astro | |
die Frühjahrsluft = el primaveral aire | |
erweisen = demostrar | |
ekelerregend (Ekel erregend) = repugnante | |
der Urquell der Liebe = la fuente primitiva del amor |
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